Santi quería mi cámara. Javi le pidió que hiciera una foto a lo que quisiera. Tuve que dejársela. Antes de soltarla, cuando nuestras manos se rozaron, noté cómo apretaba, apretaba mucho la cámara, con muchísima fuerza y tenía un dedo en el objetivo. Le hizo una foto a su amigo (la del niño con camisa a cuadros).
Luego Javi sacó el papel celo que usamos para las colecturas y jugaron a desenrollarlo. Santi disfrutó -algo nuevo- y nosotros volvimos a ser niños o al menos a recordar que lo somos o al menos jugamos, seriamente, con un poco de nostalgia y un mucho de tristeza (al menos yo). Lo pasé bien (siempre digo que en esencia soy triste pero eso no quita lo bailao... y yo bailo como me da la gana). Estábamos allí. Nada más.
1 comentario:
que fotos mas tiernas
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