No sé en qué invierno cambiaste tu lápiz
por el aire de otros pulmones
y empezaste a escribir posdatas
postrada en la cama como Onetti.
Lo que sí que sé esque hay un invierno
que aún no conozco
y que mi ozono cínico agoniza
grabado con la mina de tu calada extraña.
Tengo lluvia en la palma de las manos
Siento un spleen de lombrices mecánicas
portadoras de besos que respiran precipicios de luna.
2 comentarios:
menos mal que ahora es posible disfrutar de estos cinco céntimos, por favor para vivi
mingue
muy buenos estos poemas últimos
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