La noche se repite como una fotocopia de tu culo. Tu culo pegado al cristal de la fotocopiadora no me deja ver el por qué. Tu culo me obliga a escribir esto.
Ya podrías llevarte la mierda a otra parte, pero no: has dejado tu basura delante de mi puerta. Lo apuestas todo sin reciclar, me lo endosaste y ahora endioso tu miseria, la trato con el respeto indiferente que se merece. Desinfectaré mis esquinas con zotal, cubriré de talco mis rincones, plantaré una buganvilla en la rotonda de mis dudas, mi ciudad irá creciendo, nuevas plantas con olor a sudor germinarán entre las baldosas y alcanzado el metro de altura ya olerán a otra cosa, olerán a algo así como a madera pero con un estilo personalizado de la hostia. Como buen neurótico algún segundo al día tendré una paranoia pero tu ruina queda relegada al rango de todo aquello que se puede leer entrelíneas. Tengo mis propias curvas. La selva no se irá. Tengo mi propio culo y no pienso perderlo por la mierda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario