sábado, 23 de mayo de 2009

Porque me da la gana y porque lo necesito (Escalerilla. Cuarto tiempo)


Nunca más voy a volver a besar tu limón rojo bajo la anulación de la luna que propones desde tu tonto trono de vigorosa muerte trastocada. Nunca más voy a volver el pecho a tu presencia hueca de matrimonio hiriente donde el deseo es un pulmón negro de prematura larva inconcebible. Nunca más voy a volver a arañar el sopor de atar blandos clavos paranoicos de hastío alrededor del mástil hostil de mi desperdiciada capacidad de tierra. Nunca más voy a volver a despreciar el trueno que explota en el bosque de mi delicadeza violenta. Nunca más voy a volver a ver el hombro de un castillo que me repite ansioso las palabras de un mago que llora en la habitación negra de sus trucos brillantes. Nunca más voy a volver a seguir el dedo que señala la saña con que tu miedo impuso mi impulso incontenible hacia el desatre. Nunca más voy a volver a coleccionar desajustes que impidan mi evolución precisa y adorable hacia la nada de un pensamiento troquelado en tercas tiras de prisa matemática. Nunca más voy a volver a contemplar tu rostro sobre un cielo pintado con cacahuete amargo. Nunca más voy a volver a sentir en el estómago ese trueno viscoso de impotencia ácida que devora mi sueño de asomarme al balcón y no arrojarme sonriendo al ascua que me sopla su tierna y verdadera despedida. Etc.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Impresionante
Siempre me encontrarás detras de esos nuncas
Mil besos

Anónimo dijo...

plas plas plas plas plas plas plas plas plas plas plas plas