viernes, 9 de mayo de 2008

Un poema de Paul Eluard

BEBER

Las bocas han seguido el camino sinuoso del ardiente vaso, del vaso astral, y en el pozo de una centella se han comido el corazón del silencio. Pero la mezcla no es absurda: ahí es donde se ve al creador de palabras, que se destruye en los hijos que engendra y que llama al olvido con todas las palabras del mundo. Cuando el fondo del vaso está desierto, cuando el fondo del vaso está marchito las bocas golpean en el vaso como en un muerto.

Paul Eluard

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