lunes, 18 de mayo de 2009

La gente que me gusta

LA GENTE QUE ME GUSTA

Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla,
que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer
y lo hace en menos tiempo de lo esperado.
Me gusta la gente con capacidad para medir las consecuencias de sus acciones,
la gente que no deja las soluciones al azar.
Me gusta la gente justa con su gente y consigo misma, pero que no pierde
de vista que somos humanos y podemos equivocarnos.
Me gusta la gente que piensa que el trabajo en equipo entre amigos,
produce más que los caóticos esfuerzos individuales.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse
con argumentos serenos y razonables a las decisiones de un jefe.
Me gusta la gente de criterio, la que no traga entero,
la que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo o que se equivocó.
Me gusta la gente que al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente
por no volver a cometerlos.
Me gusta la gente capaz de criticarme en forma constructiva y de frente;
a estos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece
cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Con gente como esa, me comprometo a lo que sea,
ya que con haber tenido esa gente a mi lado me doy por bien retribuido.


Mario Benedetti.

5 comentarios:

lu dijo...

Cuando los periodistas le han preguntado a Eduardo Galeano por la muerte de Benedetti, el pobre no ha encontrado palabras. Los periodistas, como siempre, insistiendo y metiendo el dedo en la llaga:
-Parece una contradicción que no pueda usted, un maestro del lenguaje, encontrar las palabras para expresarlo.
-No -respondió Galeano-, porque yo no sólo soy enemigo de la inflación monetaria, sino también de la inflación "palabraria". Y me parece que el dolor se dice callando.

Pues eso.

Felipe dijo...

Galeano tiene más razón que un bendito.

Besos Lu.

Felipe.

dediego dijo...

Los periodistas son unos mamones...

Felipe dijo...

Dediego, uy... puede que tal vez se salve alguno...
Donde digo Dediego sigo diciendo desde luego Dediego.

Arrumacos tempestuosos con las mariconadas precisas.

dediego dijo...

Jajajajajaja. Precisión de Rilke (era poeta y odiaba lo impreciso).