martes, 6 de mayo de 2008

Un poema de Esteban Peicovich


Abel


La vida no mejorará hasta que no haya una ley mundial que obligue a todos los países a enseñar a las gentes a ser buenas. Digamos que hasta los 12 años sólo se debiera aprender a ser bueno y después de esa edad que cada uno empiece a estudiar lo que quiera. Los eslabones ya no se romperían más. El mundo sería otro mundo y la vida, otra vida.

(Declaración absoluta de principios que me diera un taxista en Madrid, como al pasar, ante las noticias que nos traía su radio).


Poema de "Poemas plagiados", de Esteban Peicovich.
Esteban Peicovich nació en Buenos Aires, Argentina, 1930. Autodidacta. Poeta. Periodista.

2 comentarios:

Jaime dijo...

La utopía de creer en la bondad es tan fugaz como el taxi que me lleva. Por tanto ¿es el taxi o soy yo quién me lleva a creer en esta declaración de taxista? ¿le debo lealtad al yo o al taxi?

Al igual que los manicomios están llenos de certezas, la fugacidad de estos comentarios son los que aportan cierta pausividad a este mundo hostil.

Paradójico, para jódicos, para jodidos...

Felipe dijo...

No sé si fue Proust... no me hagas caso... pero lo cierto es que alguien dijo que la utopía es más eficaz que el pragmatismo... pero vamos, que no te quito razón en lo que dices... Gracias por tu comentario Jaime. Nos seguimos leyendo y viendo. Un abrazo.