domingo, 19 de julio de 2009

Sermón lacónico de Sir Monje Blasfemoral


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Oh, arrebato de aberrante poeta...
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¡¡Tapaos los oídos y escuchad mi palabra, yo soy la luziénaga del mundo, yo soy el que adoba vuestro alma y vende vuestro cazón por tiburón, yo soy el magestuoso cacumen común de vuestra mísera ignorancia transmutado en oro (negro, amarillo, rojo, da igual, todos), yo soy el cuchillo de falo hambriento porque no tengo razón, yo soy unos ojos que ni miran, ni ven. Yo soy la religión!! ¡¡Oh dios ateop, líbrate de o...dios que no intercalen las haches que hacen falta en el mundo, así como de las des que sobran y que el mundo sea azul de una puta vez.

(Que sí, que no todos son así, que hay muchos que obran bien, mi máximo respeto. Yo me refiero a los que lo son, que hay muchísimos… y a quien se sienta aludido le caerá un alud encima de su montaña putrefacta, el alud del mundo que se pierde por hacerse la vida tan fácil).
He dicho.

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